miércoles, 22 de abril de 2009

JACOB JACOB.

Sabía que debía ser paciete con Edward. La cuestión no estaba que fuera irracionable, sino que, simplemente no lo entendía. No tenía idea de cuánto era lo que le debía a Jacob Black, varias veces mí vida, y quizá también mi cordura.



-Recuérdame que no te haga enojar.
-¿Crees que puedo mostrar la misma indulgencia qué tú? No todos podemos ser santos ni mártires.
-Crece, Jacob.
-Qué más quisiera yo- masculló en voz baja.
L estudié con la mirada mientras intentaba descubrir el significado de su respuesta.
-¿Qué?
Él se rió entre dientes.

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