Y ahora que lo pensé bien, decidí que nada va a cambiar. Pero no porque la vida no me dió el gusto, porque fue mi decisión. Porque pienso más que antes, o quizá menos, pero tomo más decisiones o quizá no, tomo menos pero no me influyen tanto. Nadie es dueño de nadie, todos somos libres. Y nada es grave si te pones a pensar bien, todo tiene solución y si no la tiene ¿es para alarmarse? Yo no quiero nada que me altere, solo una cosa: P A Z.
domingo, 17 de mayo de 2009
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