martes, 24 de marzo de 2009
Jacob se encontraba mejor, pero no lo bastante como para llamarme. Se había ido con sus amigos y yo estaba sentada en casa, echándole de menos a cada hora que pasaba. Me sentía sola, aburrida, preocupada, herida... Y ahora también desolada al comprender que la semana que habíamos estado separados no había tenido el mismo efecto sobre él.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario