La serie de reacciones que en cuestión de segundos mi cuerpo vivía era inexplicablemente inspirador, como si me olvidara de cada preocupación existente en mi mundo en la milésima de segundo en que pasaba frente a mí. Obvia, tan obvia como mojarse si bailas bajo la lluvia.{mmc}
martes, 17 de marzo de 2009
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