—Te echo de menos —murmuré.
—Ya lo sé, Bella. Créeme que lo sé. Es como si te hubieras llevado una mitad de mí contigo.
—Ven y recupérala, entonces —le reté.
—Pronto, en cuanto pueda, pero antes me aseguraré de que estás a salvo —su voz se había endurecido.
—Te quiero —le recordé.
— ¿Me crees si te digo que, a pesar del trago que te estoy haciendo pasar, también te quiero?
—Desde luego que sí, claro que te creo.
—Me reuniré contigo enseguida.
—Te esperaré.
domingo, 15 de febrero de 2009
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